Los padres están al tanto de las vacunaciones recomendadas para bebés y niños pequeños, y acuden frecuentemente a las consultas de chequeo de bienestar con el pediatra. Los adolescentes también necesitan vacunas, pero no tienden a consultar al médico con tanta frecuencia como los niños pequeños. Por lo tanto, no es de sorprender que muchos adolescentes no hayan recibido todas las vacunas recomendables para protegerlos de enfermedades que pueden poner en peligro su vida.
Los datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. muestran que solo aproximadamente la mitad de los adolescentes han recibido la vacuna contra el meningococo, que los protege contra infecciones bacterianas que podrían conducir a la amputación de una extremidad infectada, e incluso a la muerte. En 2016, sólo 49.5% de las adolescentes y 37.5% de los adolescentes habían recibido las dosis recomendadas contra el virus del papiloma humano (una vacuna que previene la infección por varios virus que provocan cáncer cervical y verrugas genitales). Aproximadmente 59% de los adolescentes de los EE.UU. recibieron la vacuna contra la influenza recomendada durante la temporada de influenza 2016-2017. Es claro que muchos adolescentes siguen vulnerables a estas enfermedades.
Además de protegerse a sí mismos, los adolescentes (y sus padres) deben tomar en cuenta los beneficios de la vacunación para la familia y la comunidad. En la mayoría de los casos, una persona que ha sido vacunada exitosamente contra una enfermedad, no puede contagiar a otras personas. Las altas tasas de vacunación ayudan a proteger a los que están a nuestro alrededor y no pueden vacunarse por razones de salud (como enfermedad, edad o alergias). A este principio se le conoce como , o inmunidad de la comunidad.
A continuación presentamos las vacunas que se recomiendan normalmente para los años previos a la adolescencia y la adolescencia.
Vacuna Tdap
El Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización de EE.UU. (ACIP, por sus siglas en inglés) recomienda una dosis de refuerzo de la vacuna tétanos, difteria y tos ferina acelular (Tdap) entre los 11 y 12 años (la mayoría de los adolescentes habrá recibido cinco dosis previas de una vacuna relacionada entre los 4 y 6 años). La vacunación brinda protección continua contra tétanos, difteria y tos ferina.
El tétanos es una enfermedad del sistema nervioso central provocada por una toxina secretada por la bacteria Clorstridium tetani. Los primeros síntomas de la enfermedad son el trismo (contracción de los músculos maseteros, el efecto físico más reconocible), rigidez y problemas para tragar. Los síntomas posteriores incluyen espasmos musculares intensos, convulsiones y trastornos graves del sistema nervioso. Entre un 10 y un 25% de los casos de tétanos tienen como resultado la muerte.
El tétanos no se contagia de una persona a otra, sino que se transmite cuando la bacteria Clostridium tetani penetra la piel lesionada y los tejidos subyacentes. Es sorprendente que la infección por tétanos tenga más probabilidades de ocurrir por una lesión leve que por una grave, pero esto sucede porque las heridas graves tienen más posibilidades de recibir tratamiento y limpieza adecuados.
La difteria es una enfermedad poco común, pero alguna vez fue mortal para los niños, y es provocada por la bacteria Corynebacterium diphtheria. Los primeros síntomas de la difteria son similares a los de un resfriado común; incluyen dolor de garganta, pérdida del apetito y fiebre. Al avanzar la enfermedad, puede surgir la característica más notoria de la infección por difteria: una sustancia gris espesa, llamada seudomembrana, que puede propagarse por los tejidos nasales, amígdalas, laringe y/o faringe. La seudomembrana se adhiere a los tejidos y puede obstruir la respiración.
La tos ferina es una enfermedad sumamente contagiosa provocada por la bacteria Bordetella pertussis, la cual produce toxinas que paralizan partes de las células respiratorias, conduciendo así a una inflamación del tracto respiratorio.
Los primeros síntomas incluyen nariz que moquea, tos leve y fiebre. Sin embargo, la tos se hace poco a poco más intensa. Finalmente, el paciente sufre episodios de tos rápida, seguidos a menudo del resoplido característico de la enfermedad, que surge cuando se trata de inhalar. Mientras está presente el episodio de tos, el paciente puede ponerse azul; la tos puede ser lo suficientemente grave como para dejar costillas rotas, y los ataques de tos pueden durar semanas o meses. Los recién nacidos, que son demasiado jóvenes para que los vacunen, son vulnerables en particular a complicaciones graves o muerte por la tos ferina. Se exhorta especialmente a los familiares de los recién nacidos a que se vacunen, con el fin de proteger al recién nacido.
Vacuna meningocócica
El ACIP recomienda una primera dosis de la vacuna meningocócica entre los 11 y 12 años de edad. En una actualización del 2011, el ACIP recomendó una dosis adicional de la vacuna a los 16 años, para prolongar la protección en los años universitarios.
La vacuna protege contra las diferentes enfermedades provocadas por la bacteria Neisseria meningitidis, que se conoce como enfermedad meningocócica. Estas bacterias pueden provocar infecciones en el torrente sanguíneo, denle el recubrimiento del cerebro (meningitis), neumonía, infecciones de oído y de otros tipos.
Los síntomas de la meningitis meningocócica incluyen fiebre, dolor de cabeza, confusión y cuello rígido, y también pueden estar acompañados por náuseas, vómito y sensibilidad a la luz. Los síntomas de la infección del torrente sanguíneo incluyen aparición repentina de fiebre y erupciones en la piel.
La enfermedad meningocócica invasiva puede ser mortal, y los sobrevivientes pueden quedar con lesiones permanentes, que incluyen daño cerebral, pérdida de la audición o de una extremidad.
Vacuna contra el virus del papiloma humano
En los EE.UU., la edad recomendada para la vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH en español, o HPV en inglés), para los dos sexos, es de 11 a 12 años. Para los de menos de 15 años, la vacunación es dos dosis de inyecciones intramusculares. Adolescentes de 15 años y mayores de 15 años reciben tres inyecciones.
El virus del papiloma humano forma parte de una gran familia de virus, y la vacuna protege contra algunos de los tipos de virus que se transmiten sexualmente. Muchas personas que contraen HPV no tienen síntomas y arrojan rápidamente el virus del cuerpo. Sin embargo, en algunas personas los virus establecen una infección persistente, ocasionando cambios en las células infectadas, lo cual puede conducir a cáncer. Ciertamente, los VPH son la causa principal de cáncer cervical, y algunos están relacionados con cáncer anal, de pene, de boca y de garganta. La vacuna contra VPH protege contra los tipos más comunes de virus del papiloma humano que provocan cáncer, y una de las vacunas VPH con autorización oficial protege también contra ciertos HPV que provocan verrugas genitales.
El VPH es muy común: un estudio reciente mostró que casi un 27% de las niñas y mujeres entre 14 y 59 años presentaban casos positivos de una o más cepas de VPH, y es posible que las tasas en los niños y los hombres sean similares. Los modelos matemáticos han demostrado que más de un 80% de las mujeres habrán sido infectadas con VPH genital para cuando lleguen a los 50 años. Cada año, aproximadamente 11,000 mujeres estadounidenses reciben un diagnóstico de cáncer cervical, y aproximadamente 4,000 mueren por esta enfermedad.
Vacuna contra la influenza
Se recomienda que los adolescentes se vacunen cada año contra la influenza estacional; de hecho, se recomienda a todos los mayores de 6 meses. La vacuna protege contra enfermedades respiratorias provocadas por virus de influenza. Como aparecen con frecuencia nuevas cepas de influenza, normalmente la vacuna contra la gripe estacional cambia anualmente, y se diseña cada temporada para proteger contra tres o cuatro cepas de influenza. La vacuna contra la influenza está disponible en forma inyectada o inhalada.
Los síntomas de la influenza (que normalmente se le llama gripe) tienden a surgir de repente, e incluyen fiebre, escalofríos, tos, dolor de garganta, dolores de cabeza y fatiga. También puede presentarse vómito y diarrea, pero estos síntomas son más comunes en los niños que en los adultos. Por lo general los síntomas de la influenza duran una semana, y las complicaciones pueden conducir a infecciones en oído y senos nasales, neumonía y, en muy raros casos, a la muerte.
Otras vacunas
Los adolescentes con necesidades especiales de salud podrían ser más vulnerables a ciertas enfermedades, y requieren vacunas que los protejan; por ejemplo, a los adolescentes que tengan disfunciones del sistema inmunológico se les podría recomendar que reciban la vacuna contra el neumococo, pues están en riesgo de una enfermedad grave por el Streptococcus pneumoniae. Antes de viajar a ciertos países también se requieren, o se recomiendan, algunas vacunas. Además, los adolescentes que no hayan recibido vacunas recomendadas en los primeros años de la niñez podrían requerir vacunas para ponerse al día, de tal manera que estén totalmente protegidos.
Requisitos de la escuela
En muchos estados, iniciar la escuela secundaria es indicio para cumplir con ciertos requisitos de vacunación. Generalmente, lo que requieren los adolescentes es una dosis de refuerzo de la vacuna contra tétanos, difteria, tos ferina acelular (Tdap) y la vacuna meningocócica. Virginia y el Distrito de Columbia piden la vacuna contra el virus del papiloma humano (HPV, por sus siglas en inglés) para las niñas que entren a la escuela secundaria. Algunos estados piden que los adolescentes estén vacunados con dos dosis de la vacuna contra sarampión, paperas y rubéola, y la vacuna contra la varicela. Normalmente, la segunda dosis contra MMR y varicela se aplica entre los 4 y 6 años, pero si un niño no recibió la segunda dosis al iniciar la escuela secundaria, se requeriría el refuerzo.
Los adolescentes que no hayan recibido las vacunas necesarias para entrar a la escuela podrían requerir de una exención médica, de creencias religiosas o filosóficas, la cual deberán presentar los padres ante el gobierno estatal o el distrito escolar, de no ser así, habría que enfrentar la posibilidad de que se les niegue la entrada a la escuela.
Programas escolares de vacunación
En algunas zonas, los distritos escolares ofrecen programas de vacunación en las escuelas. Las enfermeras de la escuela, o bien las enfermeras proporcionadas por una organización externa, pueden aplicar las vacunas. Sin embargo, un reto de la vacunación escolar es coordinar los historiales médicos con el proveedor de atención primaria del estudiante.
Usualmente, los programas de vacunación escolar incluyen la vacuna contra la influenza estacional, recomendada para todos los adolescentes, que debe aplicarse cada año. Se ha aplicado la vacunación contra el HPV a niñas en escuelas de varios lugares, como Nueva Zelanda, Australia y Gran Bretaña.
Mirando hacia los años de adulto
Al acercarse a la vida adulta, los adolescentes pueden prepararse para hacerse cargo de su propia atención de salud al hablar de la vacunación con sus padres y médicos, así pueden darse cuenta si sus vacunas están actualizadas y saber cuáles son las recomendadas para ellos. Si tienen planes de ir a la universidad, unirse al ejército o cambiar a un nuevo proveedor de atención de la salud, los adolescentes deben estar seguros de tener una copia de su historial de vacunación para incluirlo con su historial médico.
Recursos para adolescentes
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Recursos para padres
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Fuentes de información
American Cancer Society. Acesado el 17 enero 2018.
Centers for Disease Control and Prevention. . Acesado el 17 enero 2018.
CDC. . MMWR 64(29);784-92. Actualizado el 31 julio 2017. Acesado el 17 enero 2018.
CDC. . Acesado el 17 enero 2018.
CDC. . MMWR 64(41);1171-6. Actualizado el 23 octubre 2017. Acesado el 17 enero 2018.
Immunization Action Coalition. . Acesado el 17 enero 2018.
National Conference of State Legislatures.. Acesado el 17 enero 2018.
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Ultima actualización 18 septiembre 2018