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Vaccines for Adults

Vacunación contra enfermedades raras

El programa de inmunización recomendado para los niños en Estados Unidos incluye vacunas para proteger contra 15 enfermedades diferentes antes de los seis años:

  • Hepatitis B (un virus que afecta al hígado)
  • Rotavirus (un virus que puede ocasionar diarrea intensa en niños y bebés)
  • Difteria, tétanos y tos ferina (vacuna DTaP conjugada)
  • Haemophilus influenzae tipo b (“Hib”, una bacteria que puede provocar neumonía, meningitis bacteriana y otras infecciones)
  • Neumococo (protege contra la neumonía por estreptococo, una bacteria que provoca muchos tipos de infección neumocócica, como neumonía, meningitis y sepsis)
  • Poliovirus inactivo
  • Influenza
  • Sarampión, paperas y rubéola (vacuna MMR conjudada)
  • Varicela
  • Hepatitis A (un virus que afecta al hígado)
  • Meningocócica (protege contra el meningococo, una bacteria que provoca meningitis y otras infecciones)

Para algunas de las enfermedades enumeradas, ciertas personas cuestionan si la vacuna es necesaria realmente, dadas las tasas bajas actuales de dichas enfermedades; por ejemplo, la poliomielitis fue eliminada del continente americano en 1994; entonces, ¿por qué los niños estadounidenses deberían recibir una vacuna contra el poliovirus? De manera similar, se declaró eliminado al sarampión de Estados Unidos en el 2000, entonces, ¿por qué vacunarse contra el sarampión?

La respuesta es bastante sencilla: gracias a las extensas campañas de vacunación y supervisión, la poliomielitis y el sarampión son ahora enfermedades “raras” en Estados Unidos, pero todavía circulan en otras regiones. En general, la vacunación a gran escala nos protege de los brotes aun cuando un viajero infectado ingresa al país, pero si detuviéramos la vacunación, un caso importado de sarampión (por poner un ejemplo) podría propagarse como un reguero de pólvora entre la población no protegida.

La historia reciente está llena de signos de advertencia: un niño sin vacunar de siete años, originario de California, expuso a 839 personas al sarampión cuando lo trajo consigo después de un viaje a Europa durante el 2008; once niños sin vacunar del área de San Diego se contagiaron de la enfermedad, uno de ellos era un bebé que requirió tres días de hospitalización. Costó casi $180,000 controlar el brote, desde pagos de personal y médicos hasta el costo de realizar la cuarentena; los funcionarios de salud tuvieron que recordar al público que el sarampión está solamente a “un viaje en avión de distancia”.

El Informe semanal de morbilidad y mortalidad (MMWR, por sus siglas en inglés) del 22 de agosto de 2008 de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU., mencionó un aumento en todo el país de casos de sarampión reportados a los CDC en el año de 2008. El MMWR señaló que en los años transcurridos entre que se declaró eliminado al sarampión en Estados Unidos (2000) y el 2007, en el país hubo 63 casos anuales en promedio. Sin embargo, al terminar julio de 2008, ya se habían reportado 131 casos al CDC. El informe continúa analizando los casos reportados y subraya la importancia de una amplia cobertura de vacunación:

Entre los casos de sarampión reportados durante los primeros 7 meses de 2008, un 76% fueron de personas menores de 20 años, y un 91% fueron de personas que no habían sido vacunadas, o que no se sabía si estaban vacunadas o no. De los 131 casos, un 89% fueron importados, o relacionados con viajes a otros países, en particular de países de Europa, donde varios brotes ocurren continuamente. Los hallazgos demuestran que los brotes de sarampión pueden ocurrir en comunidades con una gran cantidad de personas no vacunadas, y que mantener elevadas las tasas de cobertura de vacunación contra sarampión, paperas y rubéola (MMR) en Estados Unidos es algo necesario para seguir limitando la propagación del sarampión.

El sarampión es una de las primeras enfermedades que reaparecen cuando disminuyen las tasas de cobertura de vacunación. Los brotes continuos surgen en países europeos, donde las tasas de cobertura de vacunación son menores que las de Estados Unidos, e incluyen Austria, Italia y Suiza. En junio de 2008, la Agencia de Protección de Salud del Reino Unido declaró que, debido a una disminución en los niveles de cobertura de la vacunación (de un 80 a un 85% entre niños de 2 años), el sarampión era nuevamente endémico en el Reino Unido, 14 años después de haber sido eliminado. – Informe semanal de morbilidad y mortalidad (CDC), 22 de agosto de 2008.

En resumen, nos vacunamos contra muchas enfermedades raras y “desaparecidas” porque queremos que se mantengan así.

Vacunas para viajar: Otras enfermedades raras

La vacunación para otras enfermedades que se consideran raras o “desaparecidas” en Estados Unidos se recomienda únicamente si va a viajar a una zona del mundo donde esa enfermedad aun se reproduce; por ejemplo, el programa de vacunación de EE.UU. no recomienda la vacunación de rutina contra la fiebre amarilla; sin embargo, si va a viajar a zonas del mundo donde la enfermedad sigue siendo endémica, tal vez le recomienden (o incluso le obliguen) la vacuna. Los viajes a ciertos países de Sudamérica y el África Subsahariana requieren la vacunación contra la fiebre amarilla.

Las recomendaciones de vacunación contra la fiebre amarilla (un virus propagado por la picadura de mosquitos infectados) difieren de las que son para otras enfermedades “raras” (en Estados Unidos) como polio y sarampión, principalmente debido a la diferencia en su forma de contagio. El sarampión y la polio se pueden transmitir directamente de un ser humano a otro; un solo viajero infectado que entre o regrese a EE.UU. podría exponer la enfermedad a todos aquellos con quienes tuviera contacto. Sin embargo, la fiebre amarilla no se puede contagiar directamente entre humanos, el virus sólo se puede transmitir por la picadura de un tipo particular de mosquito que esté infectado (solamente si el mosquito se alimentó de un huésped infectado, durante un cierto periodo de tiempo antes de picar a su última víctima). Por lo tanto, la fiebre amarilla se puede contagiar de forma relativamente fácil en zonas con grandes poblaciones de mosquitos y una gran cantidad de humanos infectados de los que se puedan alimentar los mosquitos, pero no en zonas sin ellos. En Estados Unidos, el último brote de fiebre amarilla ocurrió en Nueva Orleáns en 1905. En la década de 1990 se informó de dos casos mortales, ambos de residentes de EE.UU. que regresaban de viajes a Sudamérica; ninguno había sido vacunado.

El sitio web de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. ofrece información sobre vacunas para los viajeros; puede encontrar más información .


Fuentes de información

  1. Gordon, S. . US News and World Report. 22 marzo 2010. Acesado el 25 enero 2018.
  2. Busowski MD, M.T.. . MedScape. 26 junio 2015. Acesado el 25 enero 2018.

Ultima actualización 25 enero 2018